viernes, 10 de octubre de 2008

No voy a rendirme

Hay dolores en la vida que son tremendamente fuertes. Para mí, en este día, el más doloroso de ellos es el del corazón. Cuando está en tus manos la opción de rendirte o la opción de luchar; la opción de esconderte o la opción de sacar la espada de la valentía y afrontar con valor lo que se avecina, por mucho que duela; la opción de suplicar y dejar de lado el amor propio porque lo que más te importa no eres tú mismo o la opción de poner la coraza del orgullo y que te resbale todo lo demás. No es para mí factible la opción de rendirse, no, aunque duela, aunque me provoque las lágrimas más amargas esperarte, aunque me cierres la puerta y me dejes en la calle. Desde aquí le grito al mundo que NO VOY A RENDIRME. Te elegí y me elegiste, nos prendimos el uno del otro y pusimos nuestros corazones el uno en la mano del otro. No voy a rendirme. Porque me haces feliz por muchos problemas que tenga en la vida y porque, aunque no puedes solucionarlos y a veces no me entiendas, estás ahí, a mi ladito y no me dejas sola, aunque te enfades porque soy cobarde y me escondo para que no me duela. No voy a rendirme. Porque aportas esa brisa fresca que mi oscuro corazón necesita para respirar, porque me has devuelto la vida, porque me has enseñado lo que es amar por encima del sufrimiento, porque contigo me siento completa. No voy a rendirme. Y si hace falta recorreré tierras y océanos para ir a buscarte si me necesitas; y porque si me lo pides, subo al cielo y te doy la luna si es lo que quieres. Pero sabe, amor mío, que no voy a rendirme. Aunque no me queden fuerzas y tenga que arrastrarme para sacar del fango la situación que intenta hundirnos a los dos y separarnos para siempre. No voy a rendirme. Ya sea que soplen los más rabiosos vientos de discordia y confusión, de agobio y de desolación, pero no, no quiero, aún me sobran fuerzas por muchas heridas que tenga, no voy a rendirme. Porque te amo por encima de la más alta estrella, porque aunque seamos diferentes tú aportas a mi vida un luz cálida y tenue que me hace seguir hacia delante y me guía cuando estoy perdida. No, mi cielo, no, que se te quite de la cabeza que por muchos miedos que tenga y porque aún me duela y haga daño el pasado, no voy a rendirme. Tú eres todo lo que me importa. Tú eres lo más preciado que poseo. Tú eres lo mejor que me ha pasado en lo que llevo de vida, tú, ¿entiendes? tú y nadie más. Por eso, por todas estas cosas y todas las que no escriba en este texto, por ti, porque te amo, lo repito, sí, TE AMO, porque sin ti nada tendría sentido; por todas estas cosas, desde aquí proclamo que no voy a rendirme. Salga el sol por donde quiera, tengo claro lo que quiero, que eres tú y tengo claro lo que voy a hacer y lo repito por enésima vez: no voy a rendirme.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que la lágrima que cae por mi mejilla,cálida y llena de esperanza, resume todo lo que te quiero decir.

Angel dijo...

La palabra cobardía no esta en tu léxico, por tanto jamas te rendiras, por muy alto que sea el muro, tu siempre encuentras una forma de escalarlo y esto no va a ser menos, asi que adelante muestra tu valentía y escalalo sola o con ayuda como tu prefieras. Ya sabes que el guardían siempre tiene una mano para ti.