miércoles, 26 de noviembre de 2008

Somewhere out there


Somewhere out there,
beneath the pale moonlight,
someone's thinking of me and loving me tonight.

Somewhere out there,
someone's saying a prayer,
that we'll find one another in that big somewhere out there.

And even though I know how very far apart we are,
it helps to think we might be wishing on the same bright star.

And when the night wind starts to sing a lonesome lullaby,
it helps to think we're sleeping underneath the same big sky.

Somewhere out there,
if love can see us through,
then we'll be together, somewhere out there,
out where dreams come true.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Momentos difíciles

Momentos difíciles son estos por los que atravieso, aun cuando sigo perseverando día a día en la lucha, intentando ser fuerte, no dándome por vencida…
Se escapaban hoy entre mis dedos las palabras, cayendo al vacío y luego echándose a volar al aire, perdiéndose en el infinito de la noche para siempre. Me han atado de pies y manos y cada palabra que sale por mi boca es escudriñada, pero no de la manera convencional, sino que sólo es retenido lo malo y lo bueno sigue escapando entre los dedos de mis manos, desvaneciéndose como la neblina del amanecer… Y no puedo hacer nada. Es desesperante cuando, intentando dar lo mejor de ti, es rechazado como una pelota de tenis por un raquetazo. ¡Pum! Cagada tras cagada, permítaseme la expresión. Sé que no soy perfecta, cometo millones de fallos cada día. Soy sumamente orgullosa, pero el amor que le tengo deja mi henchido orgullo a un lado en los momentos más críticos, y ésa, por mentira que pueda parecer, es la verdad. No me importa suplicar cuando todo va mal, porque hay algo en juego que me importa más que mi propio yo, es el nosotros. Qué difícil es aprender a llevar este juego de dos, tan dulce y tan amargo a la vez. Cómo agota la lucha, agota hasta quedarnos exhaustos y con ganas de decir basta y hasta aquí hemos llegado; pero, ¿qué hay de la recompensa? Yo no quiero rendirme. Sólo lo haré cuando me vea obligada a ello.
Pero no sólo en esto del amor, sino en cualquiera de las facetas que tejen la tela que es mi vida. A veces con colores más fríos, a veces con hilos de lo más colorido. Sí, me vengo abajo, pero es que resulta que soy humana y tengo derecho a ello: a equivocarme y caer una y mil veces. En ocasiones la oscuridad de mis problemas me ciega, o la niebla de mi ira no me deja ver y todo es una mierda y grito pero nadie me oye, o eso es lo que pienso yo. Mi vida es como una montaña rusa, arriba y abajo, a veces algo estable, ahora colores vívidos y ahora solamente tristes grises y ocres. No voy a darme por vencida fácilmente, aunque todo apunte a que el barco se hunde.
Leía hace poco libros para el éxito personal y de ellos he sacado la conclusión de que la vida es un regalo maravilloso y que existen cuatro tristes trucos que, en medio de la tempestad, hacen todo mucho más llevadero. Menos asfixiante y más liviana la carga. Jamás dejaré de amar, de soñar y de intentar volar, pase lo que pase. Aunque todas las salidas estén ocultas a mi defectuosa visión, algo me sacará del fango, bien sea yo o alguien cercano o alguna situación que me haga despertar de la pesadilla. Momentos difíciles sí, siempre, pero que tarde o temprano serán recompensados. Estoy lista otra vez para volar, nada ni nadie va a impedírmelo.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Había una vez una triste princesa, que tanto tanto lloró, que se le rompieron los ojos.


Qué miedo... ¿podré dejar de llorar algún día o al final se me estallarán los ojos como a aquella triste princesa?

miércoles, 12 de noviembre de 2008

'¿Qué pasaría sin un día no volviéramos a ver amanecer, Úrsula?', le pregunté anoche a mi muñeca de trapo.

martes, 11 de noviembre de 2008

¿Hola?

¿Hay alguien ahí? La única respuesta que obtengo es un vago eco. Mierda, me digo a mí misma, he vuelto a caer. Y lo que más rabia me da es que no sé por qué. No me lo explico. Cada día me levanto con energías renovadas pese a que las noches son bastante tortuosas y largas últimamente, y, parece que el día va bien hasta que me quedo sola de nuevo. Qué jodido es gritar y que nadie te entienda. Derramar lágrimas de impotencia y desesperación intentando hacerte comprender y no obtener nada a cambio. Silencio. Tan sólo silencio. Y soledad, esa siempre presente compañera. Ojalá dejaras de torturarme y aprendiera a convivir contigo, maldita sea.
¿Has tenido alguna vez la sensación de navegar en un barco que se hunde aunque estés haciendo todo lo posible por impedirlo? Así veo yo mi vida últimamente. No sé en qué estoy fallando. ¿Puede alguien ayudarme? La entropía de mi universo comienza a tender a infinito y el balance de energía comienza a tender a cero. Estoy cansada de luchar a ciegas, necesito salir de nuevo a la luz, porque quiero disfrutar de mi vida. ¡Socorro! ¿Alguien me oye? Ya caí no hace mucho en este pozo de desesperanza y oscuridad y no quiero volver a hacerlo. Leía hace poco que para vivir una vida de gracia, además de otorgarle la importancia que tiene, hay que poseer dos cosas. Primero, tener el fuerte deseo de vivir la mejor vida posible y segundo, la intención y la voluntad de vivir todos y cada uno de sus días. ¡Yo quiero vivir mi vida! ¡Quiero disfrutar de todos y cada uno de los días que me están siendo regalados y de aquéllos que me resten! Quiero disfrutar de todos y cada uno de sus días... ¿Qué me está pasando? No veo nada y sospecho que el miedo a demasiadas cosas que está escondido en mi interior no me deja continuar... pero no lo tengo nada claro. Y me siento perdida. ¿Puede alguien ayudarme? ¿No lo oís? Estoy gritando en el doloroso silencio que me rodea... Socorro...
Busco y excavo en lo más profundo de mi corazón buscando el porqué de todo esto, pero no lo encuentro. ¡No lo encuentro, joder! ¿¡No veis que no me quiero dar por vencida!? Las fuerzas comienzan a flaquear, pero seas quien seas, si ves que puedes indicarme el camino, te estaría eternamente agradecida, porque aquí estoy, aunque destrozada por dentro, buscando, con el poco valor que me queda, esa ansiada salida.


lunes, 10 de noviembre de 2008

"No quiero ser mayor"

Es difícil hacerse mayor, no pensé que fuera algo tan complicado. Recuerdo cuando era pequeña y mi mayor preocupación era no olvidarme de colocar el diente debajo de la almohada porque esa noche venía el ratoncito Pérez o dejarle leche con galletas a los Reyes Magos para que repostasen algo de energía en mi casa. Cómo pasa el tiempo y cómo se va haciendo todo más complejo. Recuerdo cuando me preocupaba por hacer los deberes para que el profe no me mandara copiar cincuenta veces y cuando me emocionaba enormemente ver una película de Superman. A veces pienso que no me gusta hacerme mayor y me pregunto por qué tiene que ser todo tan difícil cuando vas madurando.
Esta mañana me levanté extrañamente emocionada, una mezcla de nostalgia y alegría recorría mi cuerpo. Me alegró enormemente ver a mi madre en pijama y ver a mi perro pasear por casa sin sentido alguno. Paladeé el par de sobaos mientras los untaba en el café y hasta tenía ganas de estudiar. Pero a la hora de ponerme, me puse a dibujar como una niña, como cuando era más pequeña; y saqué mis rotuladores de colores y mis pinturas de palo y me puse a dibujar. Una frase en medio folio, llena de colorines, dibujada con todo mi cariño para la persona con quien comparto mi corazón. Le hice una foto y se la mandé a su teléfono, muy emocionada. Nada más hacerlo, me dio un poco de vergüenza: tal vez ya no tenga edad para hacer esas cosas, pero no pude por menos. Hoy necesitaba demostrarle que le quiero. Y tengo miedo porque es verdad que soy demasiado romántica y me doy demasiado a la persona que amo y luego así me sientan los disgustos y los problemas, que me dejan sin fuerzas y llena de pena. Al momento, cuando aún no había terminado mi "obra", sonó el teléfono. Era una de las personas que más quiero en el mundo, mi tía B. Me dio cosa cogerle el teléfono, porque un par de días atrás sufrió un duro palo: su pequeña mascota la dejaba para siempre. Me he pasado el fin de semana pensando en si llamarla, o mandarle un sms o quizás acercame a su casa a verla, pero sabía que, llegado el momento,no sabría qué decirle por miedo a no acertar y decir alguna estupidez...Tal vez debí ir a su casa y darle un simple abrazo y con ello transmitirle lo mucho que siento la pérdida de su perrita...No lo sé. Por eso digo que es difícil ser mayor. Sé que debería haber hecho algo, pero no quería quedarme paralizada al verla o ponerme a llorar si veía que ella estaba chunga y al final así quedó la cosa. Descubrí esta mañana que, curioseando en internet, encontró mi pequeña buhardilla y que le ha gustado bastante. [Por eso, tía, sabiendo que de vez en cuando me visitas, quiero decirte desde aquí que siento mucho lo de Mizar y que ánimo, mucho ánimo. Piensa siempre en los buenos momentos que te regaló mientras estaba contigo y quédate con eso. Y por supuesto, siento no haberte dicho nada hasta este momento porque me cuesta muchísimo saber estar con la gente cuando pasan cosas así, pero no quiere decir que no lo sienta y que no me afecte...]
Por todas estas cosas no quiero ser mayor, quiero ser la niña que una vez fui, que dibujaba con sus pinturas de palo y se iba de paseo con sus padres los fines de semana. Que estudiaba un rato el día antes del examen y sacaba buena nota y dormía plácidamente sin preocupaciones de ningún tipo.
Estoy emocionada hoy, mucho, se me hace un nudo en la garganta al pensar todas estas cosas y recordar los momentos de mi infancia. No, no quiero seguir creciendo, o al menos, como sé que es algo inevitable, no quiero perder la inocencia de cuando somos pequeños... Aunque eso sí, quiero aprender a ser mayor cuando me toque serlo... ¿Lo véis? Todo es demasiado complejo cuando nos hacemos viejos...

No quiero ser mayor, me digo en cada momento con nostalgia.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Para ti.

Dos rojas lenguas de fuego
que a un mismo tronco enlazadas
se aproximan, y al besarse
forman una sola llama.


Dos notas que del laúd
a un tiempo la mano arranca,
y en el espacio se encuentran
y armoniosas se abrazan.


Dos olas que vienen juntas
a morir sobre una playa
y que al romper se coronan
con un penacho de plata.


Dos jirones de vapor
que del lago se levantan,
y al reunirse en el cielo
forman una nube blanca.


Dos ideas que al par brotan,
dos besos que a un tiempo estallan,
dos ecos que se confunden,
eso son nuestras dos almas.


(G. A. Bécquer, Rima XXIV)

[Para ti, porque te he encontrado y no voy a dejarte escapar; porque eres lo que tanto tiempo busqué y hasta el final no vi; porque te tengo a mi lado... Simplemente porque te quiero.]

miércoles, 5 de noviembre de 2008

I just want to spread my wings and fly away...

Puede que el vídeo sea una horterada porque tiene un montón de años (Queen es uno de mis grupos favoritos, que quede claro), pero me encanta la letra y es lo que me encantaría ahora mismo y de una vez... Extender mis alas y echar a volar lejos... y ¡¡sentirme libre al fin!!


domingo, 2 de noviembre de 2008

De nuevo en pie

Poco a poco me fui calmando aunque aún el pánico me dominaba y, en medio de la oscuridad, encontré a mi amigo el duende con su pequeña vela y la mantita con la que refugiarnos del frío que nos rodeaba. No sabía de dónde había salido ni siquiera cómo pudo encontrarme en medio de aquel siniestro lugar, pero al instante la desesperación se esfumó y pude al fin respirar tranquila. La vela iluminaba la húmeda caverna en que había caído horas antes, era tenebrosa. Hablando con él me di cuenta de que no tenía las alas rotas, simplemente la brusquedad de la caída provocó tal dolor en mí, que pensé que jamás podría volver a volar. Las horas pasaron y el calor regresó a mi cuerpo. Mis alas, aún entumecidas, necesitarán tiempo para recuperar la fuerza y el vigor que tenían. Todavía no puedo volar, pero espero conseguirlo pronto. Las heridas van a necesitar su tiempo para cicatrizar. Poco a poco, muy poco a poco. No me siento lo suficientemente fuerte como para volar tan alto como volaba cuando caí, pero la esperanza que creí haber abandonado aún sigue ahí y es reconfortante, porque todavía no he perdido la fe. No soy tan fuerte como creía, pero el golpe no consiguió matarme aunque me dejara en estado crítico.


[Sigo aquí, pese a que el dolor sigue ahí jodiéndome; y sigo esperándote. Tengo miedo, mucho mucho miedo. Dame tiempo para recuperar todo lo que perdimos. Dame tiempo para recuperar mis fuerzas. Dame tiempo para ver cómo podemos hacernos fuertes y que nada ni nadie haga peligrar nuestro magnífico tesoro compartido. Dame tiempo, nada más; hoy sólo puedo pedirte eso esperando que me lo concedas y me ayudes a seguir adelante. Te quiero.]