miércoles, 13 de enero de 2010

Año nuevo... ¿vida nueva?

Y ya llegó 2010... Parecía tan lejano hace tan sólo unos años; y de repente, el tiempo ha volado y aquí estamos. Cuando era pequeña, yo creía que en 2010 los coches volarían, e incluso creía que el hombre habría sido capaz de inventar una máquina para viajar en el tiempo. Pero no es así. La sociedad avanza a un ritmo, en mi opinión, estrepitosamente lento. Se pierden cada vez más valores y aumenta sin parar la emisión de juicios a los demás porque sí, porque yo lo valgo, porque soy más guay que tú.
Por eso me planteo cómo encarar este nuevo año. Lo de vida nueva me suena a timo, la vida sigue igual, lo que pasa que siempre está lo de los nuevos propósitos. No nos vamos a engañar, yo también he formulado algunos y hasta el momento se van cumpliendo... Ser feliz (ahora lo soy como hace mucho tiempo que no lo era, años, diría yo...), querer y ser correspondida (y es en este punto cuando las palabras, sorprendentemente, han dejado de tener la importancia que tenían...), cumplir puntualmente en el trabajo (esto es porque no me queda otra...), disfrutar de cada momento, sea el que sea... y así una serie de cositas más. Puede que parezcan tonterías, pero creo que partiendo de proponerse pequeñas cosas es como se consiguen las más grandes. En este 2010, la vida parece querer sonreirme como hacía tiempo y no estoy dispuesta a desaprovechar esos momentos dulces en los que, escuchar una canción de princesas (pese a que siempre, siempre, siempre habrá momentos amargos) te traslada a un mundo de sueños y magia desde donde todo se ve de otra manera. No se puede vivir en un sueño, porque hay que tener los pies en el suelo, pero algo de lo que cada día estoy más segura y que, al entrar este nuevo año se me vuelve a confirmar cada día, es que nunca, y cuando digo nunca es NUNCA, nunca voy a dejar de soñar.
Feliz año nuevo.