miércoles, 25 de junio de 2008

Pequeño relato

Abrió los ojos, le había despertado la suave luz del amanecer acariciando su dorada cara apoyada sobre la suave almohada de plumón. Sueños inquietos la habían mantenido en vela durante gran parte de la noche y no había logrado conciliar un buen sueño en todas sus horas de descanso. Mientras se desperazaba, se preguntó qué le depararía el día... Acababa de llegar el verano y aún no tenía nada planeado; le rondaban ideas en la cabeza pero no sabía qué iba a ser de ella aquel incipiente verano: tal vez una excursión a los lejanos bosques oscuros del norte, donde la luz apenas penetraba entre la densidad de los ramajes de los árboles y la temperatura era suave en los tiempos del estío, o quizá a las tierras del sur, donde el cálido sol tornaba en oro aquellas blancas cabañas al ponerse cada día.
Eámanë era una joven elfa oscura que se dedicaba a estudiar las plantas y sus facultades tanto curativas como las más venenosas y mortíferas. Del lugar al que ella pertenecía era una de las que más amaban el contacto con Natura y aquélla que más interacción y conocimiento tenía de los cientos de plantas que conformaban los bosques cercanos a su morada. Ninfa de los bosques, la llamaban.

Días antes sintió cómo una espesa oscuridad había intentado envolver su alma, pero había conseguido en un arrebato de fuerza y valor zafarse y seguir la luz, no hundirse ni dejarse atrapar por aquel acechante pozo de dolor que tanto tiempo le había perseguido. Se sentía renovada y con fuerzas; sintió, al fin, que le apetecía el verano.
Era de carácter dulce en su interior pero, aparentemente, ciertamente hosca. Acababa de sufrir una de las heridas más profundas de su vida y aún en ocasiones se sentía desfallecer sin fuerzas al encarar su vida. Hasta que apareció él, aquél que le dio todo a cambio de nada y que le devolvió las ganas de seguir adelante y amar su vida; además, tenía alrededor unos amigos de lo más peculiares que no le habían dejado venirse abajo en los momentos de más debilidad; pero fue su amigo y amado, Ingwë, el que más fuerzas le había aportado en aquella sofocante situación que le estaba quitando la vida. Y aunque todavía no se sentía recuperada del todo, y sufría puntuales recaídas, descubrió de repente, y se sorprendió incluso a sí misma, que le apetecía el verano, que quería disfrutar las noches al lado de Ingwë contemplando las estrellas del firmamento mientras sentía el aliento de aquél en su cuello, disfrutar de los baños en el Gran Lago Azul y sumergirse en aquellas gélidas aguas para compartir con Ingwë su oxígeno, y disfrutar de cada momento a su lado, sin desear alejarse de él ni un sólo segundo. Le amaba, lo sabía y cada día lo tenía más claro y le amaba más por ello, y pese al miedo que sentía estaba decidida a luchar por aquel naciente amor que se hacía más fuerte cada día. Sentía que estaba alcanzando su objetivo, que le tocaba ya ser feliz durante un tiempo; tenía muy claro que no iba a ser fácil, pero es que nunca había sido fácil y se sentía llena de fuerza y energía para derrotar a cualquier enemigo. Con sus amigos alrededor estaba protegida y segura. Con Ingwë a su lado lo conseguiría.

Un irresistible olor a su desayuno favorito le llegó de repente a la nariz. Se levantó, al fin feliz, y se dirigió a la cocina.
Le apetecía el verano, al fin le apetecía.

viernes, 20 de junio de 2008

Sueño de una noche de verano.

Al fin vacaciones. Acabaron los exámenes (o hicimos que acabaran antes) y llega el verano: las tardes en el río y las noches a la fresca; el frescor del amanecer y la modorra sedante de las cuatro de la tarde... No sé si me apetece este año. A veces extraño el frío de las mañanas de enero y el vaho que sale de las bocas cálidas cuando la temperatura ambiente roza los cero grados en las calles. No sé si me apetece el verano. No sé qué quiero hacer con mi vida. Han pasado meses y todavía estoy perdida, aunque menos, eso es cierto.

Ojalá todo esto pase pronto... ¿Cuánto tiempo llevo pensando en lo mismo? En salir del agujero que me atrapa, dentro del que veo una luz tenue que no acabo de alcanzar, aunque parece que cada vez está más cerca... ¡Uf! Cada vez que lo pienso, me vuelvo a dar cuenta de que aún no he encontrado la salida... Él ha llegado para ayudarme, pero no quiero agotar sus fuerzas. A veces me parece que soy un poco como Pícara de Xmen: absorbo la energía vital de la gente que me rodea y los arrastro a mi oscuridad. No me apetece el verano, no me apetece nada.

Tener que recuperar el tiempo perdido, ser feliz, disfrutar de cada día, sentir, amar, respirar aire fresco, reir hasta el llanto, saborear sus dulces besos, café con hielo y limón, bucear...
Debería apetecerme, ponerme loca de alegría al pensar que llega el verano y que tengo todo el tiempo del mundo para estar bien y rehacer todo lo destruido a lo largo de esta mala racha que no acaba. Pero no tengo fuerzas, aún no; tengo más que antes, pero aún no tengo fuerzas... Javi, amor mío, te necesito. Fertxu, Luisfer, Richy os necesito. A todos aquéllos que sabéis que sois mis amigos, os necesito, aunque a veces sea desagradable y maleducada; aunque a veces quiera huir y no regresar nunca, aunque me quiera volver anacoreta y desaparecer para siempre. Os necesito, os quiero, sois mi fuerza vital.
Desde aquí os ruego hoy que hagáis que me apetezca disfrutar del verano. Que me apetezca curarme del todo. Que me apetezca amar con locura y aferrarme a la vida.

viernes, 13 de junio de 2008

Amor Libre

Alguien muy especial me ha dedicado esta canción hace poquito. Y me ha tocado la fibra sensible, porque sé que es una dedicatoria sincera y llena de amor. No me gusta demasiado el hip hop, pero la letra de la canción me conmueve.

Desde aquí, mi pequeño ángel de la guarda, quiero decirte que
te quiero.


Sigo siendo libre, nada es complicado a tu lado, tú me haces libre,
estoy irreconocible desde que te conocí, más vivo y más sensible
porque estás aquí, contando tus segundos junto a mí, y esto lo escribí pensando en ti,
porque te quiero.
Porque te quiero, por encima de cualquier pero, más allá del poderoso caballero con dinero,
tú renaces al amante y adormeces al guerrero, haces que sólo sepa hablar con el corazón primero,
y te quiero, eres la luz de mi agujero, esa manta que me arropa en este frío mes de enero,
eres la más linda flor que vi crecer entre mis tierras, la luz y la paz de un reportero de guerra,
y por ti, saltaré todas las vallas vayas donde vayas, besaré tus huellas en el suelo porque te quiero,
gritaré al planeta entero que eres tú y soy yo, salvaré cualquier escollo con tu apoyo,
treparé por tu espalda hasta llegar a tu cuello para acariciar tu oído y definirte lo más bello,
todos tus detalles, todos tus destellos son astros en el cielo y no puedo vivir sin ellos,
no crees que es lógico que me obsesione, es pintar en tu cara sonrisas la mayor de mis pasiones es,
y hoy de nuevo volví a soñar con mis frases para que las escuchases y volases, sé que me crees,
siempre sabes ser mi guía y mostrarme las direcciones en mis momentos de duda ante las duras decisiones,
qué fácil lo pones, sin condiciones, ya ves, todo son celebraciones, no es normal que me emocione
cuando vienes y me creces y me meces en tu amor y en tus vaivenes de paz y sosiego,
cada problema es un juego, tu amor me hace libre y a tu amor me entrego.

-No pasa el tiempo si te tengo al lado,
no existen sombras desde que has llegado me has iluminado.

-No pasa nada malo porque estás al lado,
tu amor hace libre a este loco enamorado.

Estaré allí cuando llores y cuando rías, en tus días de melancolía y en tus alegrías,
estaré allí cuando duermas y cuando sueñes, en tus miedos más profundos y en tus noches más frías,
tan sólo déjame escribirte, retratarte, rescatarte de la nada siempre que te sientas triste,
tan sólo con mirarte cada madrugada, tu aroma impulsa a mi pluma, sientes mi peso hasta en tu almohada,
cada milésima en tus piernas y en tu olor, cada noche se hace eterna si tú estás alrededor,
por favor mantente cerca de este constructor de puentes, con don de gentes,
y que hace el amor con las mentes, de este demente que tendrás enfrente cuando despiertes, sonriente, como siempre tan resplandeciente,
y es que esos dientes son diamantes, y es que tus ojos son dibujos que hablan de cómo te sientes, y antes de que preguntes yo respondo,
siempre llego hasta el fondo de tu mundo más profundo y hondo, cuando vamos paseando,conversando, cuando ves que estoy mirando, sacando mi lado más tierno,
estudiando tus movimientos bajo el sol y escribiendo sin control bajo este árbol, amor de mármol, siempre firme ante cualquier adversidad entré en el tren de la vida contigo hacia la libertad,
y así es tu amor, como un suspiro de tu boca que hace mi sueño tranquilo, así es tu amor y con tu amor respiro, todo tiene sentido incluso la muerte después de este amor vivido,
tu amor me hace libre y así de libre lo digo.

(Estribillo)

Y hoy le canto al amor, al amor loco, amor de mi por vos y de vos por otro,
amor de un encuentro, amor bendito, amor en bruto, amor de una vida o de un minuto. (BIS)



martes, 10 de junio de 2008

No tengo "paroles"

Todo pasa, nunca se sabe. Gente que entra y gente que sale. Gente que viene para quedarse pero de repente desaparece. Gente que no imaginabas que llegaría y llega y te cambia la vida; y lo mejor de todo es que lo disfrutas, te encanta, todo pasa a ser mucho mejor de forma inesperada.
Traiciones por parte de aquéllos en quienes confiaste ciegamente, puñaladas de aquéllos por los que en otro tiempo hubieras dado la vida. Mentiras, verdades a medias, secretos, promesas olvidadas...
Es difícil no descentrarse en esta vida que vivimos (o que al menos intentamos vivir). Es complicado no recibir golpes que hagan zozobrar tu estabilidad a cualquiera de los niveles en que ésta se descomponga.
Por eso, un consejo, encuéntrate a ti mismo y cuídate. No te fies ni de tu sombra. Sé precavido y mide siempre tus palabras. Ten cuidado con los que te rodean: hay lobos disfrazados de corderos y otros que no vienen de frente y te la preparan.
Qué vida ésta, tan compleja. Jamás dejaré de <No tener "paroles">. Es increíble lo poco que a veces se conoce a las personas, cuando creiste conocerlas y cuando confiaste en ellas por encima de cualquier otra cosa.
Cada vez soy más desconfiada. Al final y con el tiempo, me volveré anacoreta y todas estas historias dejarán de escribirse en el libro de mis días. Y estaré al fin tranquila y confiada. Menuda movida.