jueves, 2 de diciembre de 2010

Se oye un respirar agitado, entrecortado, muy intenso. De repente un golpe seco. Como un peso muerto que cae a la profundidad del océano. Es ella, se ha caído. No la socorráis, dejadla al menos un momento de silencio en la quietud de las aguas. No va a hundirse eternamente, siempre logra salir a flote, aunque sólo sea asomando la naricilla. Ha desfallecido por toda la presión que el mundo en el que vive ejerce sobre ella. Estaba cerca el momento en que explotaría. Dejadla respirar, dejadla respirar tranquila.

martes, 16 de noviembre de 2010

[@work16/11/10]

Tumbada sobre el césped fresco de la mañana, dejo que las briznas de hierba me hagan cosquillas en los pies. Es una sensación realmente agradable. Me siento desconectada del mundanal ruido y el olor a rocío acaricia mis sentidos. Sintiéndome libre de todo y de todos, dejo volar mi imaginación cuando lo que me rodea no hace otra cosa que agobiarme y, mentalmente, me dibujo [en esta ocasión] echada sobre el verde de un prado en las montañas, lejos de toda civilización apabullante. ¿Una de tantas vía de escape? Es posible, pero no encuentro nada más relajante que imaginarme en uno de estos lugares de mi infancia donde no tenía preocupaciones de ningún tipo. A veces me pregunto qué sería del ser humano sin tener la capacidad de evadirse con el simple hecho de cerrar los ojos y evocar algún lugar mejor; o peor aún, sin tener la capacidad de soñar. Ya sé que soy mayor (o que ya es hora de serlo), mi día a día me lo recuerda constantemente, pero me niego en rotundo a renunciar a tener pensamientos tontos [¿o no tan tontos?] de niña pequeña, tal como desear que los reyes magos me traigan una muñeca; o por ejemplo, imaginar que algún día cumpliré el [repetido] sueño de desplegar los brazos, y volar muy muy alto acariciando a mi paso las nubes de algodón. Y tú, ¿has renunciado a soñar o por el contrario estás de acuerdo con la frase de aquel loco escritor que dijo... "Somos del mismo material del que se tejen los sueños, nuestra pequeña vida está rodeada de sueños."?

martes, 2 de noviembre de 2010

Estoy aquí

Estoy aquí, ¿no me ves? Tan cerquita de tu corazón, que su latido es casi mío. Estoy aquí, a tu lado, para ser felices para siempre. Estoy aquí, dándote mi respirar, para cuando necesites un poco de mi oxígeno. Estoy aquí porque un día decidí amarte fuerte y ser tu complemento. Estoy aquí, y a veces parece que soy invisible a tus ojos, pero si extiendes la mano sentirás el calor de la mía, que se entrelaza con la tuya con toda la fuerza que me es posible. No estás solo [y no estoy sola], estoy aquí, contigo. Para ser tuya y hacerte más grande. Para darte mi amor como nutriente esencial para tu alma. Para abrazarte fuerte cuando tengas frío y dejarte reposar en mi pecho cuando te fatigues en el camino. Estoy aquí, para ti, porque te quiero casi desde la primera vez que tus labios rozaron los míos. Estoy aquí. En lo bueno y en lo malo, estoy aquí. [Abrázame fuerte...]

lunes, 18 de octubre de 2010

Sobrevolando mi alma vi...

Saliendo fuera de la realidad que me rodea, me pregunto si realmente ésta es la vida que quiero... Si después de haber luchado tanto en la vida por mis sueños, he llegado a conseguir alguno; si soy feliz como predico a menudo, o si quiero continuar con este ritmo mucho tiempo más... A veces siento que me agoto y que no hago nada bien, las ganas y las energías se me desinflan y me siento perdida en un mar de dudas que no me dejan ni siquiera descansar por las noches. Como aquella doncella perdida en un denso bosque, donde criaturas místicas la observan mientras busca un claro de luz donde reorientarse. Supongo que es un pensamiento pasajero, un sentimiento fugaz que tal como vino se irá, pero es tan intenso que hace que me replantee mi vida entera. No soportaría llegar a la conclusión de que vivo como un pájaro encerrado en una jaula. Nací para sentirme libre. Para desplegar mis alas y volar tan alto como quisiera. Y eso es justo lo que voy a hacer.

sábado, 28 de agosto de 2010

Living Miami Beach

Luces de colores. Olor a hamburguesa. Calor que se adhiere a los cinco sentidos. Silencio roto por rugidos de lujosos coches. Un demenciado caminando hablando con quién-sabe-quién pasa por mi lado y me estremezco. Dos calles más allá, unas chicas despampanantes montadas en unas sandalias de vértigo, ríen esperpénticamente para llamar la atención de dos cachas que caminan por su lado. Contrastes y más contrastes. Miles de sensaciones impactan contra mí y se graban en mi cabeza. Sé que volveré a casa y tendré un amplio álbum de imágenes, sabores, olores y sonidos que poco a poco pasarán al plano de recuerdos. En las islas de la bahía, las casas más lujosas; a menos de dos millas, la pequeña Habana y el pequeño Haití, barrios humildes tintados de sucesos violentos. Contrastes. Dios, no pensaba que esto iba a ser así de extremo. O te encanta, o hay momentos que te repudia pisar sus calles y te revuelve el estómago el olor que llega de las traseras de las calles principales. En Ocean Drive, una deliciosa langosta con un mojito por $120, y dos calles más adentro, una grasienta hamburguesa por menos de $5. Contrastes.


Cambiando completamente de tema, se me hace casi obligatorio mencionar que en medio de este mar de vivencias, me quedo con el vínculo fortalecido con mi compañero de viaje... y de vida. Con sus dulces caricias y sus palabras. Con su mano protectora mientras paseamos por las calles de Miami Beach. Con sus besos de buenos días y su contacto mínimo pero suficiente a la hora de dormir. Descubro que con él a mi lado, pese a estar lejos de casa y sintiendo el deseo de volver a mi tierra, la sensación de añoro se hace llevadera, hasta placentera por momentos. Un nuevo contraste. Un nuevo sentimiento contrariado.

Volviendo a esta ciudad, aquí no existe el punto medio, todo va de arriba a abajo como los loops de una montaña rusa. Resumiendo: vacaciones inolvidables, mágicas y llenas de una amplia gama de sabores al lado de la persona más importante para ti... ¿se puede pedir algo más? Welcome to Miami/ Bienvenidos a Miami. :)

viernes, 6 de agosto de 2010

¿Desarraigo?

Boom-boom, boom-boom. Leve, ligero y suave como una pluma. Boom-boom. Cambiante como el soplido del viento y débil como los últimos rayos de sol. Boom-boom. A su vez y muy paradójicamente, es vigoroso como las raíces de un antiguo árbol agarrado con fuerza a la tierra de la que se alimenta y crece. Boom-boom. Valiente, cual caballero que empuña su espada sin temor a dar su vida en el campo de batalla; y potente, como el batir de aletas de una gran ballena, que emerge de las profundidades del mar para tomar oxígeno golpeando con violencia las aguas con su cola. Sentía de todas estas formas a mi corazón latiendo estos días. Unas veces tan cercana a la realidad que estos días me rodea y otras con el corazón lejos, muy lejos, a una distancia casi inmesurable. Ciertamente cómoda en mi tierra rodeada de mi gente y en otros momentos, con ganas de no volver jamás; simplemente porque éste ya no es mi sitio para estar. Hace más de un año decidí marcharme para no volver, y aunque es necesario regresar a los orígenes de uno, me doy cuenta de que yo ya no pertenezco a este pequeño trozo de mundo, ya no encajo en su estructura. Y ahora, ¿de dónde eres?- me atormenta un poco mi cerebro. No lo sé, soy del viento que me lleva, sin redes ni jaulas que me impidan el libre movimiento por el mundo. Voy allí y soy de allá, siempre sin negar de dónde vengo pero sin saber cuál es la próxima estación de mi destino.
Sí, puede que sienta desarraigo porque no es que esto haya cambiado, pero yo sí. Todo esto me vio crecer y me hizo llegar hasta un punto en que estaba preparada para irme, eso nunca lo voy a negar, pero ya no pertenezco a este lugar aunque de vez en cuando necesite el paréntesis del descanso para nutrirme de la tierra en que me crié. Ha dejado de ser mi sitio y ahora ya no tengo uno y creo que eso me gusta, aunque mi corazón se vuelve loco por momentos pues mis sentimientos son de lo más cambiante. Pero está bien, supongo que algún día encontraré otro lugar donde sentar cabeza y arraigar nuevamente mis raíces. Hasta entonces, quiero seguir volando sin lastre que arrastrar, quiero tocar las nubes frescas del cielo de mi vida y refrescarme con su agua, quiero ir allá y acá y nutrirme un poco de cada sitio... confiando en que mi corazón es fuerte para soportar los envites de los cambios y nuevas situaciones a que enfrentarse: débil y fuerte, pesado y ligero, suave y tosco, todo a la vez. Hoy, me siento como un pájaro libre con ansias de surcar los cielos de todo el mundo.


miércoles, 4 de agosto de 2010

There's No Place Like Home

En ningún sitio como en casa para recargar las pilas. He vuelto a mi casa de toda la vida para pasar unos días antes de trotar por el mundo disfrutando del resto de mis vacaciones. Pero no hay otro sitio mejor para descansar que el sitio donde te has criado, al menos ésta es mi opinión. Los cariñitos de la mamá que te prepara tus comidas favoritas porque no las disfrutas el resto del año. Lo caótico del armario de los dulces cuando buscas algo para desayunar rico. Las conversaciones risueñas de las pizpiretas vecinas del barrio, mientras te dicen lo guapa que estás nada más verte. El saludo feliz de la gente conocida de toda la vida que te cruzas por la calle. Los puestos de fruta fresca del mercadillo. La vista a la bella sierra desde casa al asomarte a la ventana. El olor a verde que trae la brisa de la mañana. El canto de los pajarillos mientras revolotean como locos al atardecer. El olor a jabón de las sábanas. Las conversaciones del viento con los gatos que salen al frescor de la noche, mientras las estrellas adornan el manto oscuro del cielo. ¡¡Son tantas cosas!! Anoche las contemplaba (a las estrellas), y me di cuenta de que casi había olvidado lo maravilloso de un cielo estrellado en una fresca noche de verano. Ahí, tirados en una roca que me pareció hasta cómoda, tres de mis mejores amigos y yo, charlábamos de cómo arreglar el mundo y admirábamos la estela de la Vía Láctea y lo mágico de la cola de la Osa Mayor en el punto central donde se esconden dos estrellas, discutiendo cuales científicos, sobre lo misterioso del viaje de la luz hasta que nosotros la percibimos. Y de tanto en tanto, una estrella fugaz cruzaba el cielo, dándonos la oportunidad de regresar a la inocencia y formular nuestros deseos con los ojos apretaditos. Es curiosa esa sensación de que, pese a estar en la calle a las tantas de la noche, te sientas cómodo y tranquilo, sí, como en tu misma casa. Olvidaba estas sensaciones por llevar tiempo fuera sin regresar a casa. Me gusta estar aquí para, como quien dice, regresar a mis orígenes y saber que lo que hoy soy, es por esta tierra y esta gente que la habita. Y me siento orgullosa, porque en ningún sitio se está mejor que en Casa.

lunes, 12 de julio de 2010

Hello Mr. Summer!!

Y ya llegó el veranito. Calor, playa, sol, orxata, aire acondicionado, helado, cervecita fresca, gafas de sol... tantas palabras con que definir esta época del año... Y cómo no, la palabra estrella: ¡vacaciones! En 20 días regresaré a casa y empezaré a disfrutar de ellas. Hasta entonces, reconozco que me lo estoy pasando genial: Visita de mi hermano (¡le adoro!), fin de semana loquísimo con escapada a sanfermines incluída y ¡cómo no! ¡¡¡nuestra Selección campeona del Mundial de fútbol 2010!!! Pero ¡qué emocionante! Hoy más que nunca me siento orgullosísima de ser española y del comportamiento ejemplar que han tenido todos los miembros del equipo mostrando respeto y unidad en todos los momentos. ¡Olé con olé! Nos queda mucho por disfrutar de esta histórica victoria. ¡Disfruto inmensamente paladeando su sabor!

Y en agosto viaje fugaz a casita con su verde y sus montañas, semana de inglés en Galicia y ¡tres geniales semanas con mi niño a Miami! ¿Qué más se puede pedir? Es que ni me quejo por tener que estar trabajando aún en julio. Cosas que hacen que la vida valga la pena las hay a montones obviando o haciendo diminutas esas otras que nos ensombrecen los ánimos.

Me está encantando este verano y... ¡lo que me queda!




martes, 11 de mayo de 2010

Esa dulce danza...

Te miro, me miras. Te aproximas lentamente a mi boca que, por instinto, se entreabre y nuestras lenguas juguetean. Recorres con tu mano mi espalda, como si contases mis vértebras con una sensualidad infinita, y siento un fuego invisible que se enciende, que me envuelve y que me quema. Tu olor me embriaga como un dulce vino y me siento poseída por esa pasión desenfrenada que me impulsa sin remedio a entregarme a ti, a que me hagas tuya. Es entonces cuando dejo de ser yo, cuando nos fundimos el uno en el otro, y todo lo que nos rodea se desvanece. Es entonces cuando nuestros cuerpos se entregan a la danza del amor con ese ritmo coordinado como los violines de una orquesta. Y juntos llegamos a lo más alto, allá donde las almas se tocan, y yacemos después entrelazados, exhaustos, respirándonos el uno al otro. Contigo me siento completa. Y escuchando cómo late tu corazón duermo ya, duermo.

martes, 4 de mayo de 2010

Tan lejos a mi lado (II)

[Piensa ella]: " Si tan sólo se girase y me diera un abrazo, sin decir nada, eso sería suficiente para reconfortarme. Es mi compañero y a veces me siento como una desconocida a su lado. Ve que estoy aquí, que hay algo que no va bien y no me pregunta, hace como si no pasara nada. Por eso me alejo, para no salpicarle, porque he decidido que no quiero hacerle daño con las cosas que se me pasan por la cabeza. Aunque es tan duro tenerle a 20 cm. y sentirme tan sola... Me invade una inmensa tristeza y parece como si al aire le costase llenar mis pulmones y hasta me hace daño. No quiero volver a pensar. Lo he decidido. Sé que es imposible, pero este fútil instante de rebeldía me tranquiliza." [Y, finalmente, se queda dormida, con una pequeña marca de lágrimas en su lado de la almohada.]

Tan lejos a mi lado.

[Piensa él]: "Está a mi lado, a la vez tan cerca y a la vez tan distante. Siento su respirar triste, inspirando con fuerza a cada poco como para aliviar un poco el pesar que le oprime el pecho. Intuyo aunque estamos a oscuras que llora en el más profundo de los silencios. Ojalá pudiera darle mi consuelo, pero su coraza es gruesa y no me deja acercarme más de lo que ella considera lo máximo. No me rechaza, pero no hace nada por que le dé los mimos que sé que tanto le gustan. Intenté abrazarla con mis palabras, pero tampoco eso funcionó. Hoy está lejos y no puedo hacer otra que dejar que se recupere vuelva a querer estar cerca de mí y fundirse conmigo en un abrazo y un dulce beso antes de dormir."

lunes, 26 de abril de 2010

El universo de lo humano

Las planetas, las estrellas, los soles, las galaxias... Desde tiempos inmemoriales el hombre ha escudriñado los Cielos para lograr comprender cómo es que nos posamos en la superficie de la Tierra y los habitantes que están en la parte de abajo no caen hacia el infinito o los que viven por la mitad no resbalan; para comprender el cambio de posición de las estrellas en el firmamento según la época del año o cuál es la trayectoria de los planetas; desmadejar, en conclusión, la maraña de reglas de la física que gobierna el Universo. Desde aquellos filósofos como Ptolomeo o Aristarco y anteriores, hasta las teorías actuales que afirman que todo proviene de una gran explosión, lo cierto es que, básicamente, el Universo se ha regido por las mismas leyes físicas, constantes a lo largo de su extensión e historia, y que la fuerza dominante en distancias entre todos los cuerpos es la gravedad, como dicta la ley de Isaac Newton. Pero es la capacidad del ser humano más maravillosa que cualquier ley que exista en el Universo, la capacidad de haber encontrado estas teorías que definen aquéllo que, en esencia, es infinito; que al completo una mente humana no puede abarcar. Es maravilloso el ser humano, capaz de racionalizar todos estos abstractos conceptos, capaz de, por ejemplo, salir fuera de la Tierra con ayuda de complejos artefactos y hacer caber en una fotografía, la magnanimidad del Sol que nos proporciona luz y calor o enviar una sonda a otro planeta y analizar qué componentes tiene su superficie. Increíble es, por tanto, el Cosmos, que engloba toda forma existente de materia y energía y sus interacciones, así como [y que no se nos olvide] la aptitud de la raza humana para desglosar y comprender todo lo comprendido hasta ahora y lo que queda por venir. Así es, el principio de lo más universal comienza en lo maravilloso de lo complejo del ser humano.

sábado, 24 de abril de 2010

De lo pequeño y lo invisible.

Algunas mañanas cuando salgo rumbo a mi trabajo, me pregunto si no seremos nosotros seres minúsculos observados a través de la lente de un potente microscopio, o si nuestro universo no permanece enganchado al suave pétalo de una flor, como aquellos chiquitines que vivían en la mota de polvo custodiada por un elefante con un prodigioso oído. Cada día me sumerjo en mundos inapreciables para la vista del ser humano. Mundos llenos de vida y de color, de crecimiento y de muerte continua, de actividad energética brutal, aunque a nuestros ojos despreciable. Mi herramienta básica de trabajo es un microscopio profesional con cabeza triocular con torreta y conmutador de tres posiciones para diferentes observaciones. Todo un prestigioso y caro utensilio de la ciencia. Recuerdo siempre haber estado enamorada de la vida y de las reglas naturales que la rigen, aunque todavía nos queden tantas de ellas por descifrar... Y pese a ello, me fascina el hecho de que el ser humano haya logrado, por ejemplo, implantar vida en el útero de una mujer sin facultades naturales para lograrlo por sí misma. Esta mañana me senté en mi mesa de trabajo como siempre hago. Me ajusté los guantes de látex y, en el portaobjetos, preparé unas muestras que acababan de llegar a la clínica dispuesta a bucear en lo que esa pequeña gota me ofrecía. Acerqué mis ojos a los oculares y ahí empezó mi viaje. Ajusté el revólver al aumento de 2500x y entonces la vi. La célula. Con este aumento seleccionado, empecé a distinguir distintos orgánulos de ella: ahí estaba el núcleo, esférico y casi en el centro, y, a su alrededor el citoplasma lleno de estructuras fibrosas, tubos, canales, sacos, pequeñas partículas... Estupefacta, me doy cuenta de que estoy observando de cerca al principio de todo ser vivo, al punto de inicio de cualquier ente con vida. Creo que ése fue el motivo principal (aunque puedan existir otros) por el que elegí ser doctora en medicina, porque como dijo un viejo poeta, lo esencial es invisible a los ojos.

miércoles, 21 de abril de 2010

Cuando se apaga la luz...

... y la oscuridad me envuelve, desaparecen mis sentidos casi por completo, se agolpan en mi cabeza las imágenes del día, se intensifican las sensaciones, y salen a flote los recuerdos. Es cuando la vista pasa a un segundo plano, tomando protagonismo las imágenes que mi mente me envía y, en ocasiones, me siento casi capaz de poder tocar la composición que creo "ver". A veces viejos recuerdos olvidados afloran y me encogen el corazón, invadiéndome una angustiosa sensación de pena e incluso dejo escapar alguna lagrimilla... En otras ocasiones, me giro en la cama hacia mi compañero y lo respiro y lo acaricio, sintiendo en mi vientre un agradable cosquilleo... Hay de todo un poco, como siempre. Anoche me vino a la mente mi perrito, que murió hace casi un año y me di cuenta de cuánto le echo de menos todavía... Entonces, sintiendo las lágrimas de tristeza recorrer con presteza mi cuello, busqué refugio en la espalda de Rodrigo y al sentir su pausado ritmo al tomar y expulsar el aire, me quedé dormida.

Cuando se apaga la luz nace un mundo paralelo que, aunque es muy muy pequeñito, lo que me hace sentir muchas veces tanto para bien como para mal es, me arriesgaría a decir, [casi] mágico.




martes, 13 de abril de 2010

Al compás del tiempo

Corre el tiempo, ¡vuela!, parece imposible atraparlo. Sin darme cuenta se me escurre entre los dedos de las manos, se me escapa para no regresar jamás. Y sigue dejando huellas a su paso y no ceja en su empeño por avanzar sin darme un mísero respiro. Ya sea contigo o sin ti, el tiempo continúa incesante su marcha al frente, como esos soldados que encabezan el frente de batalla y no miran atrás... Pero, pese a todo ello, y por mucho que el tiempo vuele, he aprendido a seguir su ritmo y paladear hasta el más ínfimo instante que me brinda; que por mucho que corra, la vida sabe bien si sabes cómo afrontarla, es delicioso disfrutar de esos momentos que llegan y se van para no volver nunca más. De nosotros, en parte, depende el buen o mal sabor de boca que te deje cada situación, cada pequeña porción de tiempo. De nosotros y de nadie más depende la decisión de qué camino tomar para alcanzar nuestras metas e incluso, de cómo llegar hasta ellas...

Hace casi un año me encontraba desorientada y perdida en el camino. Hace casi un año todo parecía desmoronarse sin remedio. Hace casi un año tomé una decisión prácticamente a ciegas que me ha traído gradualmente hasta una de las mejores etapas de mi vida... Y aunque parece que ahora mismo la vida no sólo me sonríe, sino que me brinda una de las mejores sonrisas que hasta el momento me ha mostrado, si he llegado hasta aquí ha sido gracias a no rendirme en los peores momentos, a sacar valor de donde no lo había, gracias a esas personas que no me han dejado sola y gracias a aquéllas que han aparecido poco a poco; pero sobre todo el no darse por vencido en los momentos críticos y sacar fuerzas del mismísimo vacío que te rodea es lo esencial, es lo que te impulsa adelante, es la energía que te empuja desde no sabes dónde, pero que te hace revivir y provoca que eches a volar una vez más desplegando tus alas con todo su esplendor y fuerza.

Que se escape el tiempo si quiere, que siga adelante a la velocidad que desee, más deprisa o más despacio. He aprendido a bailar a su ritmo, a disfrutar de cada instante que atravieso, a batir las alas al compás de su latido.

lunes, 22 de febrero de 2010

Complicidad

Que me buscas y te encuentro. Que me miras y te miro y me piensas y te pienso. No hacen falta las palabras... somos cómplices de lo nuestro.

lunes, 8 de febrero de 2010

Asesinato de un alma en primera persona.

Hacer de tripas corazón, dices, mientras me clavas tu mirada en lo más profundo de mi ser. La rabia que escurre por tus palabras va directa a mis entrañas y me las desgarra. Y empieza a oler a sangre fresca, como cuando se degüella a un animal. Sangre que no puedo tocar, pero que me produce una hemorragia mortal del espíritu porque nací con el alma hemofílica. Me destrozas con tus palabras, sesgas toda ilusión o buena esperanza que brota de mis adentros, eres el arma mortal que evité durante tanto tiempo, que me está matando; que me destroza poco a poco, lentamente, sin una sola pausa. Más duelen las heridas del alma que las que se sufren por fuera. Duran más y no se curan del todo jamás.

Vamos construyendo muros alrededor como defensa que no hacen sino aislarnos y consumirnos las esperanzas, llegando a hacernos vivir en el lodo más fangoso jamás visto, rodeados de ciénagas pestilentes y asfixiantes. Eso has hecho tú, cobarde. Y ahora sólo me atacas con el frío metal de tu lengua, que es más cortante que una daga.

¡Para ya! Te grito con los ojos. Deja de hincarme tu espada, deja de apuñalarme con esa saña que te caracteriza. Estoy malherida y maltrecha, sé que a ésta no sobrevivo. Por más remiendos que me he ido haciendo a lo largo del camino, te pertenece mi estocada final. [Me he muerto]. Mírame, me has matado el alma. Lo has conseguido, estoy muerta.

miércoles, 13 de enero de 2010

Año nuevo... ¿vida nueva?

Y ya llegó 2010... Parecía tan lejano hace tan sólo unos años; y de repente, el tiempo ha volado y aquí estamos. Cuando era pequeña, yo creía que en 2010 los coches volarían, e incluso creía que el hombre habría sido capaz de inventar una máquina para viajar en el tiempo. Pero no es así. La sociedad avanza a un ritmo, en mi opinión, estrepitosamente lento. Se pierden cada vez más valores y aumenta sin parar la emisión de juicios a los demás porque sí, porque yo lo valgo, porque soy más guay que tú.
Por eso me planteo cómo encarar este nuevo año. Lo de vida nueva me suena a timo, la vida sigue igual, lo que pasa que siempre está lo de los nuevos propósitos. No nos vamos a engañar, yo también he formulado algunos y hasta el momento se van cumpliendo... Ser feliz (ahora lo soy como hace mucho tiempo que no lo era, años, diría yo...), querer y ser correspondida (y es en este punto cuando las palabras, sorprendentemente, han dejado de tener la importancia que tenían...), cumplir puntualmente en el trabajo (esto es porque no me queda otra...), disfrutar de cada momento, sea el que sea... y así una serie de cositas más. Puede que parezcan tonterías, pero creo que partiendo de proponerse pequeñas cosas es como se consiguen las más grandes. En este 2010, la vida parece querer sonreirme como hacía tiempo y no estoy dispuesta a desaprovechar esos momentos dulces en los que, escuchar una canción de princesas (pese a que siempre, siempre, siempre habrá momentos amargos) te traslada a un mundo de sueños y magia desde donde todo se ve de otra manera. No se puede vivir en un sueño, porque hay que tener los pies en el suelo, pero algo de lo que cada día estoy más segura y que, al entrar este nuevo año se me vuelve a confirmar cada día, es que nunca, y cuando digo nunca es NUNCA, nunca voy a dejar de soñar.
Feliz año nuevo.