jueves, 9 de octubre de 2008

¿Inesperado adiós?

"Aparece joven de 27 años estrangulada en un callejón cercano a Main St." decía el periódico local aquella mañana de diciembre...


[Unas horas antes]

'No puede ser', se dice Stephanie a sí misma, 'he vuelto a caer.' Un mechón de pelo cae sobre su cara, 'Pensé que lo había conseguido', y cabizbaja se tira al frío suelo de su cuarto dirigiendo al techo una mirada perdida. Meses antes Stephanie Clayton había salido de una terrible época de depresiones y ansiedad provocadas por su ruptura con Cole. Con el paso del tiempo había vuelto a ser la chica alegre y risueña que era antes de que todo sucediera. Sin embargo, hacía unas semanas que las pesadillas habían vuelto y la noche volvió a ser la carcelera que le entregaba a esos fatales sueños de los que despertaba con la nuca empapada en sudor en medio de la noche. Lo peor de todo, es que no sabía por qué podría estar ocurriendo de nuevo. ¿Tal vez el nuevo trabajo en un sitio en el que estaba totalmente sola? Tal vez. El puesto que le habían asignado era de demasiada responsabilidad y se había agobiado muchísimo en apenas dos semanas: sentía su espalda rígida y las ganas de llorar eran cada vez más frecuentes, irritabilidad continua y ganas constantes de huir para siempre. Steph era una chica valiente, solía afrontar con aplomo lo que se le venía encima, pero el hecho de no contar con nadie para poder hablar un poco de sus pensamientos más oscuros le estaba haciendo mella. Poco tiempo atrás había conocido a John, un tío bastante majo pero con formas de pensar bastantes diferentes a las suyas. Intentaba hablar con él de esto en ocasiones, pero la conexión entre ámbos se perdía y la cosa no acababa bien. Ella no quería que la historia acabase y por eso decidió no hablar con John de estas cosas. Se quedó tumbada en el suelo durante unas horas. Esa noche, una como cualquier otra, Stephanie salió a dar un paseo por la ciudad. Sabía que era arriesgado, pero la casa se le caía encima. Llevaba toda la tarde preparando el trabajo del día siguiente y había sufrido un leve ataque de ansiedad y hacía meses que no los sufría. Esto la dejó agotada, no sabía cómo ni por qué otra vez la perseguían los viejos fantasmas. Ese mismo día por la mañana se despertó recordando lo que había soñado... 'No puede ser', se dijo Stephanie a sí misma, '¿por qué otra vez?'. Por todo esto, necesitaba un poco de aire fresco y salió a dar una vuelta. Hacía frío, acababa de llegar el invierno y aquella ciudad parecía tener instalada una factoría del frío. Cuando había caminado unos minutos, sintió que la observaban. Siguió caminando, no le importó si la seguían o no, decidió, 'Que sea lo que tenga que ser'. Al momento unas manos fuertes y huesudas se hicieron con ella y la arrastraron a un rincón de una oscura calleja. No pudo verle la cara, sólo percibió el olor a sudor atrasado y a naftalina. Aquellas manos le oprimían el cuello, poco a poco se fue quedando sin aire... Lo último que pudo pensar fue que tal vez era un poco pronto para aquel inesperado final, pero se dejó morir y descansó tranquila. Siempre supo que moriría joven y, por cínico que pueda sonar, ella pensó que la ocasión le venía que ni pintada.


2 comentarios:

Francisco Santero dijo...

Hola palma
divisando desde mi pequeño rincon e divisado tu buardilla y m e puesto a leer y m a gustado mucho
un abrazo sigue asi
snake(fran)
http://elrincondesnake.blogspot.com

Fertxu dijo...

No diré nada. Esta vez no, sabes que con esto soy capaz de decirlo todo. Un besito.