viernes, 14 de marzo de 2008

Pequeño cuento

Navegando por internet sin rumbo alguno encontré este escrito de una tal Mónica que me parece estupendo y con el que me siento muy identificada. A ver si os gusta, a mí me ha encantado.

"
Acabé con mi mundo, venía cargando más pesadillas que sueños... en una hoguera junto a tu cuerpo.
Así de determinantes son los juegos de la pasión.

Desconocía que sólo tu amor se consumiría y yo, sobreviviente, fui fiel testigo del este holocausto. Cansada de arrojar tus cenizas al viento y suspirar...
Intentando formarte, recuperarte.
Ni mi carne ni mi sangre lograron gestarte.
De esta tierra estéril, me alejé.

Son ligeras mis pisadas bajo un cielo rojo. Ante el ocaso de nuestro amor. La oscuridad se ciñe aplastante sobre mi mente. Mi piel, cubierta de tu piel... de su polvo.

Un
torbellino de sentimiento se ideas me ha atrapado. Sin tiempo ni espacio, cuestiona duramente. Levanto los brazos ante este viento y dejo que me arrastre. ¿Acaso este vacío carente de sentido se me ha metido hasta en los huesos?, ¿me ha destruido? El viento sólo hará que me esparza sobre la tierra en miles de segmentos. Condenada a renacer y repetirlo otra vez hasta que pueda elaborar un sentido.

¿O habrá, debajo de todo este polvo, una estructura que logre sostenerme? Sí, siento que el viento se ha llevado todo, hasta mi carne. Me siento fuerte.

Por fin puedo ver al maldito fantasma que se mete en la mirada de seres enclenques, embruja y es hermoso. Pero hasta hace poco entendí que puede matarme. Mejor cierro mis ojos y cuido mis pasos, que este mundo aún no es tan auténtico como mi amor.

Anhelo meter mis manos descarnas en esa hoguera perpetua, verdadera. Comeré sus brazas y ese fantasma vivirá eternamente en mí. A través de mi columna vertebral y en mi cerebro.

Mónica"


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