miércoles, 21 de abril de 2010

Cuando se apaga la luz...

... y la oscuridad me envuelve, desaparecen mis sentidos casi por completo, se agolpan en mi cabeza las imágenes del día, se intensifican las sensaciones, y salen a flote los recuerdos. Es cuando la vista pasa a un segundo plano, tomando protagonismo las imágenes que mi mente me envía y, en ocasiones, me siento casi capaz de poder tocar la composición que creo "ver". A veces viejos recuerdos olvidados afloran y me encogen el corazón, invadiéndome una angustiosa sensación de pena e incluso dejo escapar alguna lagrimilla... En otras ocasiones, me giro en la cama hacia mi compañero y lo respiro y lo acaricio, sintiendo en mi vientre un agradable cosquilleo... Hay de todo un poco, como siempre. Anoche me vino a la mente mi perrito, que murió hace casi un año y me di cuenta de cuánto le echo de menos todavía... Entonces, sintiendo las lágrimas de tristeza recorrer con presteza mi cuello, busqué refugio en la espalda de Rodrigo y al sentir su pausado ritmo al tomar y expulsar el aire, me quedé dormida.

Cuando se apaga la luz nace un mundo paralelo que, aunque es muy muy pequeñito, lo que me hace sentir muchas veces tanto para bien como para mal es, me arriesgaría a decir, [casi] mágico.




2 comentarios:

Tristán dijo...

Me encantó la entrada...

Recuerdos desde la otra Buhardilla.

Fertxu dijo...

Te entiendo hermanita, nunca estarás sola ;)