martes, 13 de abril de 2010

Al compás del tiempo

Corre el tiempo, ¡vuela!, parece imposible atraparlo. Sin darme cuenta se me escurre entre los dedos de las manos, se me escapa para no regresar jamás. Y sigue dejando huellas a su paso y no ceja en su empeño por avanzar sin darme un mísero respiro. Ya sea contigo o sin ti, el tiempo continúa incesante su marcha al frente, como esos soldados que encabezan el frente de batalla y no miran atrás... Pero, pese a todo ello, y por mucho que el tiempo vuele, he aprendido a seguir su ritmo y paladear hasta el más ínfimo instante que me brinda; que por mucho que corra, la vida sabe bien si sabes cómo afrontarla, es delicioso disfrutar de esos momentos que llegan y se van para no volver nunca más. De nosotros, en parte, depende el buen o mal sabor de boca que te deje cada situación, cada pequeña porción de tiempo. De nosotros y de nadie más depende la decisión de qué camino tomar para alcanzar nuestras metas e incluso, de cómo llegar hasta ellas...

Hace casi un año me encontraba desorientada y perdida en el camino. Hace casi un año todo parecía desmoronarse sin remedio. Hace casi un año tomé una decisión prácticamente a ciegas que me ha traído gradualmente hasta una de las mejores etapas de mi vida... Y aunque parece que ahora mismo la vida no sólo me sonríe, sino que me brinda una de las mejores sonrisas que hasta el momento me ha mostrado, si he llegado hasta aquí ha sido gracias a no rendirme en los peores momentos, a sacar valor de donde no lo había, gracias a esas personas que no me han dejado sola y gracias a aquéllas que han aparecido poco a poco; pero sobre todo el no darse por vencido en los momentos críticos y sacar fuerzas del mismísimo vacío que te rodea es lo esencial, es lo que te impulsa adelante, es la energía que te empuja desde no sabes dónde, pero que te hace revivir y provoca que eches a volar una vez más desplegando tus alas con todo su esplendor y fuerza.

Que se escape el tiempo si quiere, que siga adelante a la velocidad que desee, más deprisa o más despacio. He aprendido a bailar a su ritmo, a disfrutar de cada instante que atravieso, a batir las alas al compás de su latido.

1 comentario:

Tristán dijo...

Deja que el tiempo te envuelva con sus pasos... Disfruta y sé protagonista de la película de tu vida :)Ella nos regala instantes que merecen ser recordados siempre.

Recuerdos desde mi Buhardilla.