viernes, 6 de agosto de 2010

¿Desarraigo?

Boom-boom, boom-boom. Leve, ligero y suave como una pluma. Boom-boom. Cambiante como el soplido del viento y débil como los últimos rayos de sol. Boom-boom. A su vez y muy paradójicamente, es vigoroso como las raíces de un antiguo árbol agarrado con fuerza a la tierra de la que se alimenta y crece. Boom-boom. Valiente, cual caballero que empuña su espada sin temor a dar su vida en el campo de batalla; y potente, como el batir de aletas de una gran ballena, que emerge de las profundidades del mar para tomar oxígeno golpeando con violencia las aguas con su cola. Sentía de todas estas formas a mi corazón latiendo estos días. Unas veces tan cercana a la realidad que estos días me rodea y otras con el corazón lejos, muy lejos, a una distancia casi inmesurable. Ciertamente cómoda en mi tierra rodeada de mi gente y en otros momentos, con ganas de no volver jamás; simplemente porque éste ya no es mi sitio para estar. Hace más de un año decidí marcharme para no volver, y aunque es necesario regresar a los orígenes de uno, me doy cuenta de que yo ya no pertenezco a este pequeño trozo de mundo, ya no encajo en su estructura. Y ahora, ¿de dónde eres?- me atormenta un poco mi cerebro. No lo sé, soy del viento que me lleva, sin redes ni jaulas que me impidan el libre movimiento por el mundo. Voy allí y soy de allá, siempre sin negar de dónde vengo pero sin saber cuál es la próxima estación de mi destino.
Sí, puede que sienta desarraigo porque no es que esto haya cambiado, pero yo sí. Todo esto me vio crecer y me hizo llegar hasta un punto en que estaba preparada para irme, eso nunca lo voy a negar, pero ya no pertenezco a este lugar aunque de vez en cuando necesite el paréntesis del descanso para nutrirme de la tierra en que me crié. Ha dejado de ser mi sitio y ahora ya no tengo uno y creo que eso me gusta, aunque mi corazón se vuelve loco por momentos pues mis sentimientos son de lo más cambiante. Pero está bien, supongo que algún día encontraré otro lugar donde sentar cabeza y arraigar nuevamente mis raíces. Hasta entonces, quiero seguir volando sin lastre que arrastrar, quiero tocar las nubes frescas del cielo de mi vida y refrescarme con su agua, quiero ir allá y acá y nutrirme un poco de cada sitio... confiando en que mi corazón es fuerte para soportar los envites de los cambios y nuevas situaciones a que enfrentarse: débil y fuerte, pesado y ligero, suave y tosco, todo a la vez. Hoy, me siento como un pájaro libre con ansias de surcar los cielos de todo el mundo.


2 comentarios:

Pith Zahot, El enemigo público dijo...

Me encantó. Qué forma tan magnífica de expresar los sentimientos con comparaciones, haciendo volar la imaginación y despertando los sentidos y las fibras internas.

Me gusta tu forma de escribir porque envuelves al lector en tus pensamientos. Creo que visitaré más seguido tu blog.

Eres bienvenida en mi blog también. Saludos!

Palma dijo...

Graciassss :)