martes, 22 de marzo de 2011

Idiotas

Idiotas. Es la palabra que retumba violentamente en mi cráneo. Somos idiotas los seres humanos. Hacemos daño a nuestros semejantes con el único fin de... ni siquiera sé cuál es ese fin. Nos mueven sentimientos de rabia, de odio, de prepotencia, de tristeza que lo único que consiguen es que saquemos nuestra cara más fea y la mostremos a aquellos a quienes más amamos. ¡Pero qué idiotas! ¡Qué manera de desgastarnos los unos a los otros rompiendo cosas tan hermosas como el vínculo que nos une a alguien! Me da tanta rabia, no os hacéis una idea de cuánta. Reflexiono en soledad y miro hacia el pasado. Recuerdo situaciones que viví movida por una espiral de sentimientos que me vapuleaban de un lado para otro sin permitirme pensar con claridad y saber qué es lo que estaba haciendo. Recuerdo con dolor en lo más profundo de mi alma el daño que he hecho a tantas personas, las consecuencias que mis actos me están trayendo... Qué tontos somos, de verdad. Cuando uno se queda solo se da cuenta de todas estas cosas y yo, personalmente, hay demasiadas cosas que hice que no entiendo. ¿Qué fue lo que me movió para escribir aquel mensaje cargado de ira y luego tener el valor de enviarlo? ¿Qué fue lo que hizo que dijera aquellas palabras de doble filo siendo consciente del daño que podrían causar? ¿Por qué somos así? Hay quien dice que no se arrepiente de nada de lo que ha hecho a lo largo de su vida; bueno, pues yo sí. Yo sí que me arrepiento de haber causado sufrimiento y haber provocado a ira a la gente que amo. Sí, me arrepiento. Así que desde mi buhardilla hoy le quiero dar las gracias a todos aquellos que me queréis, a todos aquellos que me habéis soportado en momentos de crisis y quiero pedir perdón a todo aquél al que en algún momento haya podido ocasionarle el mínimo dolor. Lo siento, de verdad. Sólo espero que no sea demasiado tarde.